Pelizza juega con la percepción del espacio y la tridimensionalidad en Cóncavo e convesso, una representación pictórica que interpreta la majestuosidad arquitectónica de las cúpulas barrocas. La composición circular, pintada al oleo sobre lienzo, emerge del fondo monocromo azul creando un efecto escultórico. Los detalles precisos y el rigor perspectivo invita al espectador a perderse en los motivos ornamentales y simbólicos, mientras que el contraste entre el relieve de la pintura y la profundidad sugiere una dualidad entre interior y exterior, religiosidad y materia. La obra es un homenaje al clasicismo, revisitado con una sensibilidad contemporánea.